De apariencia enérgica y viril, Salim emana una impresión de fuerza, de confianza en sí mismo y un cierto magnetismo. Pero no nos dejemos impresionar por esta fachada: es cierto que Salim es dinámico, emprendedor, decidido, e incluso a veces hosco o tajante, pero también es, sobre todo, un tierno. Las poderosas vibraciones del 1 y el 8 traducen su lado autoritario, despótico, un poco vanidoso. Sin embargo, Salim también se preocupa por los demás. Su sensibilidad a veces es invasiva y su emotividad intensa, al punto de ser capaz de tener arranques de generosidad tanto como arrebatos, e incluso accesos de violencia. Se preocupa por su personaje pero no pierde de vista su poder sobre los demás. Las dificultades lo estimulan y combate, se opone o se enfrenta fácilmente. Su espíritu de contradicción es muy aguzado. Aunque es esencialmente individualista, a menudo necesita de los demás para realizarse. Si adhiere a grupos o asociaciones (políticas, deportivas u otras), ¡busca el puesto de jefe! Tiene espíritu innovador y piensa que puede cambiar el mundo. Si bien Salimes un hombre activo, pragmático, hecho para las realizaciones concretas, también es un soñador, a veces ingenuo y utópico y un poco desorganizado. Por último, se apega a los bienes materiales y está lejos de desinteresarse por la esfera financiera. De niño es vivo, despierto, inventivo. Orgulloso y susceptible, le cuesta aceptar un puesto que no sea el primero. En el caso contrario, podría mostrarse rebelde u oponerse, con un fuerte espíritu de contradicción. Puede interesarse tanto por la poesía o las artes, que le cuadran a su gran sensibilidad, como por el deporte o la mecánica.